Con tan solo 18 años, Patricia Herrera se convirtió en campeona del mundo juvenil en Trieste, Italia; dos años después ganó el Mundial Absoluto en Barcelona. Después de participar en los Juegos Olímpicos de Río 2016, decidió poner punto y final a su carrera profesional y dedicarse a entrenar, donde transmite su pasión a los más pequeños.

¿Por qué empezaste a jugar al Waterpolo?

Iba a cursos de natación los martes, jueves y viernes. El último día de la semana nos dejaban hacer juego libre y casi siempre nos decantábamos por jugar con un balón. Un día mi entrenador de natación me dijo que si quería ir a un torneo de Waterpolo en Colmenar. Acepté. Y ahí empezó mi carrera.

¿Practicaste otros deportes de pequeña?

Sí, también jugaba a tenis y me gustaba el fútbol.

¿Jugaste siempre de portera? ¿Por qué portera y no otra posición?

Cuando jugaba a fútbol con mis amigos me gustaba quedarme en la portería. Supongo que ya me decantaba por los tres palos. Cuando empecé a jugar al Waterpolo nadie quería ser portera, porque a los pequeños muchas veces les da el miedo el balón o están influenciados por los padres, pero a mí, como me gustaba, siempre me ofrecía. Me di cuenta de que se me daba bien y ya no cambié de posición.

¿Cuándo te diste cuenta de que querías dedicarte al Waterpolo?

Cuando me dieron la oportunidad de entrar en un centro de alto rendimiento. En ese momento me di cuenta de que realmente quería dedicarme a esto. También porque me ofrecían la posibilidad de compaginar mis estudios con el deporte. Además, ese mismo año recibí mi primera convocatoria con la Selección.

¿Se puede vivir del Waterpolo?

Es muy difícil. Actualmente solo hay un club en España que ofrezca un salario que realmente te permita vivir de ello. En el resto de equipos el sueldo que cobras es más bien una ayuda, porque no te llega para cubrir las necesidades del día a día.
Además del salario, si los resultados del equipo son buenos, las jugadoras recibimos una ayuda por parte de la beca ADO, que varía su cuantía según los resultados que vaya obteniendo el equipo. Pero esto solo es a nivel de Selección Española Absoluta.

¿Cómo fue la primera convocatoria con la Selección? ¿Qué recuerdas de aquello?

En categorías inferiores mi primera convocatoria fue el mismo año que entré en el centro de alto rendimiento; estaba en segundo de la ESO. La verdad es que me lo tomé como un premio y un incentivo para seguir trabajando para mejorar.

Con la absoluta, la primera convocatoria vino en 2010. Me llamaron para formar parte de unos entrenamientos en Madrid y en Barcelona de preselección, pero realmente no llegué a ir a una convocatoria oficial de la selección absoluta hasta 2012, cuando una compañera se lesionó.

¿Como es la experiencia de ser campeona del mundo, y más jugando en casa?

Es un regalo. Poder disfrutar de un deporte al que tanto tiempo le dedicas, en tu país, y rodeada de familiares y amigos ya es increíble. Si a eso le sumamos que conseguimos la primera medalla en un campeonato del mundo para el Waterpolo femenino español, es inolvidable. Un hito histórico. Y, si encima es de oro, se convierte en un sueño hecho realidad para todos las que amamos este deporte.

Cuéntame cómo viviste la experiencia de los JJOO de Rio.

Deportivamente, ir a unos Juegos Olímpicos es el sueño de todo deportista. El esfuerzo que todo ello conlleva se ve recompensado una vez que consigues el objetivo. Poder compartir la villa olímpica con tantos atletas y deportistas durante un par de semanas es un momento único, indescriptible. Además, como ya me había quedado a las puertas de Londres en 2012, aún tuve más ganas de trabajar para conseguir estar en Río. Desgraciadamente, no obtuvimos el resultado esperado, pero en el deporte estas cosas pasan y nos tocó vivir la otra cara de la moneda.

Tu mejor recuerdo con la Selección.

Cuando ganamos la final del campeonato del mundo en las piscinas Picornell rodeadas de nuestra gente.

Has dejado el deporte de alto nivel siendo muy joven, ¿Por qué?

Competir a un alto nivel requiere un nivel de exigencia y dedicación muy alto. A veces resulta difícil compaginarlo con estudios y trabajo, y llegó un momento en mi vida en el que tuve que tomar una decisión. También suma el cansancio psicológico que este ritmo de vida conlleva, ya que a veces resulta difícil, pese a que tu cuerpo te lo pida.

Por otro lado, quería experimentar lo que es estar fuera del agua transmitiendo mis experiencias y compartiendo alegrías con las niñas que entreno a día de hoy.

¿Cuál es la situación actual del Waterpolo en nuestro país? ¿Crees que se ha mejorado en los últimos años?

Después de los Juegos Olímpicos de Londres notamos un gran impulso gracias al reconocimiento que tuvimos por la medalla de plata. Hubo un aumento en las licencias de Waterpolo femenino, muchos clubes empezaron a trabajar en la sección y por eso, a día de hoy, después de todos los éxitos conseguidos y gracias al apoyo de empresas como Iberdrola y patrocinadores de la federación, el Waterpolo femenino continúa creciendo.

¿Si te digo la palabra “agua” qué se te viene a la cabeza?

Un balón amarillo.

¿Porque te has unido a Be Universal?

Conocí a Carlota Planas en Barcelona 2013, entablamos muy buena relación y desde entonces no hemos perdido el contacto. Fue ella la que me llamó para explicarme el proyecto que iniciaba, me pareció imprescindible para el fomento del deporte femenino español, que tantas alegrías nos está dando, y no dudé en unirme.

¿Crees que la empresas deben apostar por el deporte femenino? ¿Por qué?
El deporte transmite valores y enseña hábitos saludables desde que nos iniciamos en cualquier disciplina. Y el deporte femenino representa esfuerzo, sacrificio, lucha y perseverancia por el reconocimiento.
Por que se valore. Creo que muchas empresas pueden verse reflejadas y sería un acierto utilizar a las atletas como abanderadas.

 

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